Yo no sabía lo que era el amor. Mucho menos como era una relación sexual y para qué.
Al no saber esto ni aquello, sufrí una violación a la que no le tuve un nombre. ¿Trauma?
Con poca o ninguna explicación mi mente de dieciséis anos llega a conclusiones lineales: esto más eso, es igual a aquello. Y en ese momento se descarrila mi alma. ¿A dónde fui a parar? ¿A uno? ¿A dos? ¿A cuántos brazos con tan corta edad? La vergüenza de lo que nadie sabe es sentida por el juicio de lo que sí se ve: La niña suelta, la niña fácil… la precoz vida.
Y es que, las heridas de un(a) adolescente sin atención temprana hablan por sí mismas. Salen en busca de lo que no se ha recibido. Proyectan el toque de lo que se vivió. Pocos saben que su conducta es un grito de auxilio. Cuando se entretejen los elementos de un contexto familiar carente de afecto, atención y recursos, con una anatomía corpórea salvaje y la visita de un evento sexual agresor, se perfila un monstruo sexualizado en potencia a la deriva. Esa fui yo.
Por fortuna divina los pasos tomados me llevaron por el camino profesional del trabajo social, el que a su vez logró revisitar la ruta de lo vivido con herramientas. Tomando por ganancia lo perdido y rehaciendo desde adentro lo que una vez se mal tejió.
Prevenir la violencia sexual es un trabajo urgente que no puede esperar a que un ser humano se desarrolle. El conocimiento del cuerpo, de su funcionamiento y la noción del espacio de respeto merecido, son conversaciones que se deben desarrollar de forma cotidiana y natural los primeros años de vida. Debemos apropiarnos de la conversación de lo sexual como algo que es parte fundamental de nuestra existencia. Vencer los tabúes impuestos al respecto y educarnos desde una visión de derechos humanos, previene tanto la comisión de estas faltas a otros (as) como la posibilidad de ser una víctima.

Te invito a buscar más información sobre temas relacionados con la educación sexual en la niñez, el consentimiento en las relaciones de pareja, los derechos humanos y la perspectiva de género, para que ampliemos un estilo de vida consciente que nos permita convivir en armonía como seres humanos.
Puedes comenzar con la lectura de mi poemario Deshojada, 2021 en el que describo mi proceso de sobrevivencia y renacimiento. Disponible en EcoTienda La Chiwi.
En colaboración con Damaris Rivera Alicea
IG @damaris_rivera_alicea
FaceBook @DamarisRivera