El Yoga nace en la India hace más de 5 mil años atrás y existen textos en sánscrito que nos transmiten este conocimiento que no está limitado a la parte física (posturas o asanas) también incluye aspectos más sutiles como los energéticos, mentales y emocionales.
Personalmente agradezco a mi práctica de Yoga por ayudarme a mantener articulaciones flexibles, columna erguida y huesos fuertes. Por permitirme una relajación profunda y la capacidad de enfocarme y concentrarme mejor. También por apoyarme en momentos complejos, ayudarme a tomar desiciones y en general a manejar el día a día con sus altibajos.

Yo descubri esta práctica en 1998 en Santa Cruz, Bolivia mientras estaba en la universidad. Desde entonces me acompaña y ahora me siento muy bendecida de poder compartir sus beneficios en diversos entornos con bellas personas de diferentes edades y estilos de vida.
Te invito a que saques un ratito de tu tiempo y experimentes, encuentra una práctica de Yoga que te venga bien en estos momentos ya sea una activa y dinámica o quizá una más suavecita y totalmente relajante.
por Karla Durán
Facilitadora de Hatha Yoga y Meditación
Especialista en Ayurveda